Este caso del barco, parece una historia de los nórdicos, vikingos, cuando declaraban la muerte, dibujaban tres triángulos superpuestos. En el argot popular costeño el triángulo y el cacho, tienen íntima relación, para otro tipo de guerra, pero las ansias del deseo, crea los ingenios. Y, el presidente Petro, se las sabe todas. Comentario previo y al margen.
Teniendo claro que mi independencia como aficionado al periodismo está ligada al equilibrio que aprendí cuando fui juez civil del circuito de la amada república de Colombia. Por lo que a mi juicio, aplicando la verdad sabida, y la buena fe guardada, es prudente que antes de crear sensaciones, o impresiones, es mejor atenerse a las investigaciones, que son las que se aproximan, en un país como el nuestro, la verdad es relativa. No digo absoluta, porque esa descansa en Dios y la terrenal a veces es estrictamente proporcional a los intereses, o la índole de la perversidad, que, si es de tipo calumniosa, es gravísima, porque, aunque surja la verdad, ahí están los desocupados de oficio sembrando dudas tendenciosas.
¿Será que de la leche sale el polvo hecho coca, o es que se quiere confundir la pasteurización, con el procesamiento de la pasta, para acabar con la exportación ganadera?
Ese barco capturado, podría sonar a un montaje adrede de quienes intentan construir una falsa paz con la distribución de tierras de los ganaderos. Sin embargo aunque se ha conocido ya, que es claro que ni Fedegán ni los ganaderos tienen que ver con el asunto, es de cuidado cuando se pacta con el diablo la compra de estufas, se vende el infierno, como hornos.
Tampoco creo que los ganaderos se presten para tan riesgosa operación, porque sería estúpido que, por curiosidad, se pongan el cañón de la pistola, frente al ojo, para saber cómo sale la bala. A esa historia, le hace falta otra razón que debe ser muy perversa de esos que solo buscan destruir el honor de los honorables.
Por ello invito a que antes de escandalizar, a que los entes de investigación, sean los encargados de darle al público la última palabra. Hay en esto algo ventajoso, y es que están de por medio la CIA, y esta, opera de modo diferente.
A lo mejor quienes pretendieron coronar con la coca en el barco, contaminando la comida de las vacas, les podría salir más bien cachos, pero no de vacas, sino los del diablo, al mismo diablo, como lo representa el uniforme naranja en una cárcel de los Estados Unidos.
Toronto Canadá-
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