BOGOTÁ, 23 de agosto de 2021.- El sector de la minería ha representado a través de los años un aporte significativo a la economía del país, posicionando a Colombia como un territorio con gran potencial para el mismo. Las cualidades del país permiten la producción de productos como carbón, níquel, cobre, materiales de construcción, entre otros, que sirven para el soporte de industrias representadas por los diversos sectores.
Según datos de la Asociación Colombiana de Minería, “el sector realiza significativos aportes a proyectos de inversión social, gracias a las regalías; siendo el sector que más aporte hace al mismo, ya que por cada 1.000 pesos que genera en valor agregado, 8 pesos son destinados a proyectos, muy por encima del sector financiero, industrial, de servicios o alimentos”.
Es por ello, que teniendo en cuenta los objetivos de minería responsable y sostenible que se han venido planteando el Gobierno y las empresas mineras, el sector ha sido invitado a transformarse de la mano de las herramientas de la Cuarta Revolución Industrial.
Según Ober Romero, director del programa de Ingeniería de Minas de Areandina, las tendencias de la minería han apuntado la implementación y uso de nuevas tecnologías, big data e inteligencia artificial, lo que genera la obligatoriedad de capacitar y fortalecer las competencias que conforma este sector.
“Sin duda las tendencias del sector van encaminadas a hacer que las actividades sean cada vez más responsables con el entorno, es por ello que se ha puesto en foco aspectos como las energías renovables y el uso de la tecnología para generar cada vez menos impactos; ello aportaría no solo al fortalecimiento de este sector en el país, sino a seguir siendo motor para nuestra economía”, explica el director Romero.
Para el experto en temas de minería, los objetivos se centran en lograr una minería verde para que a través de la innovación, se logren operaciones más seguras y sostenibles, que aporten a los desafíos medioambientales que enfrenta el mundo, que no se centre en minimizar la contaminación sino generar una cultura de responsabilidad frente a los retos del cambio climático.
“Para lograr todos los objetivos de cara a una próxima quinta revolución industrial, el trabajo debería centrarse primero en el fortalecimiento de la competitividad de la fuerza laboral, dado que si bien la automatización representa un riesgo para los empleos actuales, también abre la puerta a nuevas oportunidades de cara a liderar áreas desde la tecnología y llegar a iniciativas más innovadoras”, afirma Romero.
Trabajo automatizado y reactivacion conómica
Según el Foro Económico Mundial, se estima que “para el año 2025, el 47% del trabajo a nivel mundial se estará automatizado, lo que produciría una disminución del empleo”, sin embargo, ello generaría nuevas oportunidades de trabajo en áreas demandadas.
El panorama del sector minero en Colombia en el mediano plazo es optimista, un aspecto importante para resaltar es el hecho de que el sector extractivo en Colombia se consolida como uno de los protagonistas de la reactivación económica y en el que juega un papel fundamental la diversificación de la canasta minera, con tecnología de punta y que cumpla con los más altos estándares ambientales.
La estrategia busca ampliar los mercados e Europa, Asia, Suramérica y Estados Unidos, así lo reveló el diario Portafolio en recientes publicaciones en el que “en una primera línea, estarían los minerales considerados como estratégicos y con los que se busca a corto y mediano plazo el aumento de divisas. En esta lista están el oro, el platino, el cobre, el fosfato, el potasio, el magnesio, el carbón (metalúrgico y térmico), el uranio, el hierro y el coltán (niobio y tantalio). En una segunda línea, estarían los minerales a los que se les buscará ampliar aún más su comercialización como son esmeraldas, plata, grava y arcilla, azufre, caliza, sal, cuarzo, yeso, estaño, magnesio, manganeso, talco, bauxita, tungsteno, fluorita y cromo”.
A lo anterior se suma un hecho de gran importancia para el país que se presentó durante el presente año, donde la Agencia Nacional de Minería y la empresa Drummond Limited firmaron la integración de dos de sus contratos de mediana minería de carbón conocidos como Rincón Hondo y Similoa, en un solo contrato de gran minería denominado “El Corozo”, ubicado en los municipios de La Jagua de Ibirico y Chiriguaná (Cesar), con el que se pretende obtener una producción de carbón anual estimada de alrededor de 3,5 millones de toneladas/año, lo que llevaría a la generación de nuevos empleos directos e indirectos y beneficios sociales, económicos y ambientales para la región en las áreas de influencia directa e indirecta del mencionado proyecto.
La asociación Colombiana de Minería (ACM) afirma que “pese a que después de 10 años el país perdió el grado de inversión ante los ojos de una de las principales calificadoras, Standar & Poors, la minería se presenta como una alternativa para recuperar la confianza inversionista y para reactivar la economía. El sector minero se constituye en un motor que puede atraer cerca de 2,5 billones de dólares en el corto plazo y 2,5 billones más en el mediano plazo”.
Basado en lo anteriormente expuesto, podemos indicar que, más que una transformación hacia el futuro, el sector minero se está adaptando con resiliencia a los cambios y exigencias que el planeta le está planteando, cambios en los componentes social, ambiental, tecnológico y económico principalmente, panorama que ha fortalecido al sector en todas sus ramas, brindándole la posibilidad de ser protagonista de cara a los nuevos retos que se vienen en el futuro inmediato.
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