El Desarrollo Agropecuario va necesariamente de mano al acceso de Insumos de calidad y cantidad suficiente a los Empresarios del campo en un contexto de economía globalizada de hoy. Es Tema recurrente en el emprendimiento rural los altos costos que hay que pagar por estos bienes esenciales para una producción competitiva dentro de la media de mercados mundiales máxime teniendo en cuenta los Tlcs vigentes.
Congresistas y Gobierno, han presentados propuestas de soluciones a este grave problema que afronta el sector dados los altos costos, baja calidad y suministro en cantidad suficiente, falta de competencia industrial comercial, la disparada constante de la tasa de cambio; algunas propuestas con tinte meramente populista y oportunistas políticas, otras aterrizadas sobre la realidad de los mercados, eso si todas llenas de buena intención de brindar oportunidad de solución al tema.
Inicialmente es necesario tener en claro que la mayoría de las materias primas para la transformación de los insumos deben importarse para las mezclas y preparación final en el país, lo que hace que los costos dependan en gran medida de las variaciones del dólar y disponibilidad de estas en los mercados que los producen, sobre el particular, China, gran parte de su producción la exporta, hoy por políticas de Seguridad Alimentaria los volúmenes se han disminuido generando alzas en los precios para los mercados, igual los fletes marítimos, lo que lleva la consecuente alza de precios; lo mismo ocurre con la gran mayoría de insumos de consumo general y especializados, en algunos casos han llegado a costar hoy hasta cuatro veces más que hace un año; los pocos comercializadores, transformadores y fabricantes de estos bienes bajo esta sombrilla están dentro de una operación de especulación en los mercados afectando gravemente la canasta de costos de producción agropecuaria.
Las soluciones pasan necesariamente por la regulación de libertad de precios vigilada, con altas penas pecuniarias por la violación de los topes máximos a cobrar por actores industriales de la cadena de producción y comercialización a todas las escalas de insumos, a cargo de una división especializada en la Superintendencia de Industria y Comercio, mediante la aplicación de procedimientos administrativos rápidos, expeditos, que logren el control de manera inmediata de la irregularidad, la gran mayoría de cultivo son de ciclo corto, las afectaciones necesitan ser corregidas de manera inmediata, igual sucede con las distorsiones que se generen en insumos pecuarios para las diferentes ganaderías.
Jamás en un mundo como el de hoy podemos pensar en un control de precios a los productos acompañado con una garantía de tasa de utilidad mínima, sería un gravísimo error que conduce a la reburocratización del sector a través de una mega empresa que cumpla con las funciones de compra, acopio, transformación y comercialización, fuente anterior de la gran corrupción que soporto el Estado a través del Liquidado Idema.
La participación del Estado no puede quedarse solamente allí, es necesario fijar políticas de incentivos a los productores rurales a corto plazo a los insumos, para obtener acceso a ellos se deben fijar metas mínimas de producción y calidad, aparejado con una especie de subsidios para poder igualarnos o al menos acercar los costos de producción a la media internacional con los países que competimos donde la administración pública desde la garantía de Seguridad Alimentaria brinda estos apoyos a sus Empresarios del Campo.
Las mesas de concertación son una excelente iniciativa, de allí pueden salir acuerdos que beneficien a actores de las cadenas de insumos y agropecuaria, pero es imperioso darle dientes sancionatorio a la violación de los acuerdos.
Entre nosotros hay modelos a seguir, el control de precios de medicamentos esenciales logrado en años atrás y puesto en marcha por este gobierno es un claro ejemplo de lo que se puede hacer de manera efectiva, esta debe ser la guía y el norte.
La apertura del mercado nacional a operadores comerciales es una necesidad urgente, la autorización de parte de las entidades encargadas rompería de manera definitiva los oligopsonios del mercado de insumos agropecuario nacional, sobran dedos de una mano, permitiendo la llegada y entrada de jugadores nuevos a operar nuestro mercado en beneficio de los Empresarios del Campo, Estado y Nación, mediante el suministro de productos agropecuarios a mejores costos, calidad y suministro constante.
Urgen campañas académicas prácticas de producción y utilización de BioInsumos y BioFertilizantes que garanticen la sostenibilidad ambiental de la producción agropecuaria, junto a sellos de garantía avalados por las entidades de mayor prestigio se lograría llegar la producción rural a mercados de consumo especializados a muchísimos mejores precios.
Soluciones ahí para esta problemática que aqueja a quienes creemos y vemos grandes oportunidades de desarrollo socioeconómico en la producción rural, ojalá en este nuevo periodo legislativo de cierre presidencial se logren las regulaciones que la población espera para la solución definitiva de estas irregularidades.
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