Un artículo publicado en en The Wall Street Journal de la columnista Mary Anastasia O’ Grady señala el peligro que representa Petro para nuestro país si gana las elecciones presidenciales de mayo.
Probablemente Colombia se convertiría en un proxy ruso sin que se dispare un solo tiro, dice la columnista en su articulo.
Así mismo señala que Rusia y China están aprovechando la guerra en la frontera entre grupos ilegales para llevar armas a la frontera.
BOGOTÁ, 31 de enero de 2022.- Un artículo publicado en The Wall Street Journal firmado por la columnista Mary Anastasia O’ Grady señala inicialmente como el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, advirtió en una entrevista televisiva el 13 de enero que su gobierno no descartaría el despliegue de “activos militares” en Venezuela y Cuba si Estados Unidos continúa defendiendo la soberanía de Ucrania. El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, desestimó el comentario como “bravuconería”.
Advierte que si la administración de Biden quiso sugerir que no hay motivo para preocuparse por la agresión rusa en el hemisferio occidental, no está siendo sincero con el pueblo estadounidense. Rusia ha estado hundiendo lentamente sus dientes en la región durante décadas y Occidente no ha dicho nada. También lo ha hecho China. El tema merece más atención.
El articulo que ha sido calificado como excelente señala que Rusia y China están librando una guerra híbrida utilizando sistemas y equipos de inteligencia militar de alta gama en manos de actores irregulares, incluidos contratistas privados y grupos criminales. Rusia suministra armas y mano de obra, mientras que China proporciona la tecnología militar más sofisticada. No es diferente a la estrategia empleada para socavar a Occidente en Ucrania y Siria.
Así mismo explica como Rusia juega un papel clave en la supervivencia de las altamente impopulares dictaduras militares de Venezuela y Cuba. Como señaló el teniente coronel retirado del ejército venezolano José Gustavo Arocha en la edición de diciembre del Dossier de Defensa en línea, “Durante su mandato de 14 años, [Hugo] Chávez visitó Rusia nueve veces y China seis, en el proceso de establecer una seguridad y alianza de defensa que el régimen de Maduro mantiene hasta el día de hoy”.
Asegura que entrenados y armados para dirigir estados policiales represivos, Venezuela y Cuba—y Nicaragua —están ahora a salvo en la columna Rusia-China. Pero los enemigos de la civilización occidental quieren más. Colombia es el siguiente en su agenda.
Añade la columnista que el país es altamente vulnerable debido a la influencia corruptora de las organizaciones narcotraficantes y la infiltración de Cuba en las instituciones colombianas , la sociedad civil, las empresas, los medios y la academia. La rendición del gobierno al grupo criminal FARC respaldada por Obama en 2016, denominada acuerdo de “paz”, ha exacerbado la inestabilidad.
“Rusia y China ahora se están moviendo para matar. En diciembre de 2020 la revista Semana informó que Colombia expulsó a dos diplomáticos rusos por espionaje. Pero el espionaje del Kremlin es el menor de los problemas fomentados por Vladimir Putin en Colombia”, según señala Mary Anastasia O’ Grady.
Para O’ Grady, los grupos del crimen organizado están involucrados en un conflicto sangriento en la frontera entre Colombia y Venezuela. Uno de esos grupos, encabezado por un negociador del acuerdo Obama-FARC de 2016, es un aliado de Maduro, cuyo gobierno está implicado en el narcotráfico. En un video de YouTube del 19 de enero del río Arauca en Colombia, Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, explica que la guerra del año pasado entre los amigos de Maduro en las FARC y el Frente 10 de las FARC probablemente fue un escaparate para una mayor objetivo geopolítico.
Proporcionó a Venezuela una excusa para militarizar la frontera, trayendo aviones de combate de fabricación china y drones de reconocimiento de fabricación rusa. Al presentar a Venezuela como un oponente de los grupos armados ilegales, Maduro y Rusia ahora llevan a cabo una campaña de desinformación para establecer la equivalencia moral entre la democracia colombiana y la dictadura venezolana.
Si el ex guerrillero del M-19 Gustavo Petro gana las elecciones presidenciales de Colombia en mayo, el escenario estará listo para convertir al que alguna vez fue uno de los aliados más confiables de Estados Unidos en un representante ruso. Todo sin disparar un tiro, señala finalmente Mary Anastasia O’ Grady en The Wall Street Journal.
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