Escribe el doctor Pepe en un artículo bien escrito, de buena leche, sobre el encuentro del Ex presidente Uribe con Petro, al que no le ve nada de particular. Viéndolo bien, en serio, no tiene nada de particular, siempre que se vean como adversarios y no como enemigos. No obstante, la paz se hace entre enemigos, por lo que por ahí despierta una preocupación, porque recordemos, que Petro y Santos, son de la misma cuerda, engrasada y resbaladiza, o para decirlo en otras palabras, no les es difícil traicionar. Claro que Uribe es un gallo jugado, y pienso que hoy, después de la traición de Santos, debe tener las puntas muy afiladas, para no dejarse joder.
Entonces el problema apreciado Pepe, es que, después de la experiencia que presenció el país con Juan Manuel Santos, el ladino sujeto, que era una especie de cuervo consentido de Uribe, y termino picándole los ojos, es poco lo que uno puede creer de cualquiera que venga de ese nido de alacranes.
El daño llego a tal punto, que ese hijo de las tinieblas, descuadernó el país y lo volvió trizas. Ahora bien, la crisis, se le salió de las manos a Petro, y no se sabe que puede pasar el 15 de febrero, y nada de raro tiene que Petro esté buscando a Uribe de salvavidas para bajarle la temperatura, a la situación que podría ser dramática. Yo veo dos lecturas. Una: Que Petro desea lavarse las manos buscando a Uribe, antes de cometer una barbaridad de tipo represivo. Y… dos, que en realidad esté asustado porque un pueblo sublevado, no respeta las balas.
En cuanto a las polarizaciones, esas hacen parte de la democracia, porque son el reflejo de las posiciones y criterios diferentes, por la misma razón, son las más sujetas de llegar a sanos acuerdos.
Uribe es una cajita de sorpresas. Y Petro, una mina quiebra patas.
Senengonzalezvelez@hotmail.com
Toronto Canadá.
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