Select your Top Menu from wp menus

El enemigo de la paz es uno mismo. Por Senén González Vélez

El enemigo de la paz es uno mismo. Por Senén González Vélez

Si analizamos con total frialdad la propuesta de paz general que plantea Gustavo Petro, podría deducirse, que el propósito es bueno, pero lo malo, es la maquina mental que lo plantea, que esta defectuosa, porque nada es original, y…porque está compuesta por una serie de piezas adaptadas, que construyen un ser humano de aparente estructura de carne y hueso, pero con alma falsa, con procederes robóticos, en los que no existe la compasión.

Hace mucho, tiempo, en mi juventud, leí algunos libros de un gran Libanes de nombre Jalil Gibran y entre las frases que me regaló, en su obra “El Profeta”, que entre otras su obra cumbre, había una sentencia que hoy la tomaré como punto de partida para este editorial dominical que dice así: “MI ENEMIGO ME DIJO: AMA A TU ENEMIGO” Y YO LE OBEDECI, Y ME AMÉ A MI MISMO”.

La juventud del hoy presidente Petro, no fue fácil. Estuvo llena de variables emocionales, que construyeron en él, un modelo hibrido, complejo, inestable, impulsivo, reservado, bipolar, frenético, apasionado, franco, pero mentiroso, promiscuo, inteligente, sagaz, astuto, cobarde, pero arrogante, psicótico, político, estratega,  falso,  intolerante, felino, desalmado, peligroso, masoquista, psicópata,   de pasiones sin límites, resentido, hasta convertirse en una cantera de odios peligrosos e indisimulables.

Tiene índole terrorista, porque ve como normal, la criminalidad, al punto que considera que, si a esta se le deja en libertad, genera paz. Ha establecido una absurda apreciación en el que según él, el proyecto de paz total funciona aplicando como por analogía, la química del veneno de la serpiente, de la cual, se saca el antídoto.

Los ingredientes que componen la complejidad humana de Petro, jamás pueden ser garantía para convertirse en un promotor de paz. El concepto, pierde valor, por la sumatoria de peligrosos detalles que estructuran sus sentimientos, que lo inducen, más a la guerra, que a la paz. Mas a la destrucción y al caos, que al bienestar colectivo.

En la vida cierto es que nos encontramos con muchos Petros potenciales, sin la dimensión desde luego, tan compleja que a este lo caracteriza. No obstante, el pueblo lo eligió entre comillas, y a sabiendas, como un producto al granel, al que no tuvimos el cuidado de sopesarlo como debía ser.

En su esencia, Petro, se desplaza como pez en el agua, como muchos seres humanos de parecido talante, por ello, cuando se establece la diferencia entre el bien y el mal, se traduce así: ERES BUENO CUANDO TE ESFUERZAS EN DAR DE SÍ. PERO NO ERES MALO, CUANDO BUSCAS GANAR ALGO PARA SÍ.  Petro encarna el mal que tortura el bien, por su hambre y sed de poder.

El pueblo si desea la democracia, no hay que dejarlo que siga. Y las fuerzas armadas que sigan recibiendo con humildad y por vía, telegrama, cada baja caprichosa que como al azar, el rey les corta cabeza, ellos mismos se la llevan a casa en bandeja de plata como ofrenda a la guevonada.

Toronto Canadá

senengonzalezvelez@hotmai.cm

Related posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

en_USEN